El examen de la experiencia histórica de largo plazo muestra que el aspecto decisivo que determina la tasa de crecimiento de la economía de cualquier país es la proporción de la economía consagrada a la inversión (la formación bruta de capital fijo nacional). Esta a su vez es tributaria de los ahorros totales (es decir, privado, de las empresas y del gobierno) puesto que cada acto de inversión debe estar financiado por un acto equivalente de ahorro.
A manera de ilustración, la Figura 1 muestra el porcentaje de inversión fija (formación bruta de capital fijo) en relación con el PIB para un grupo de grandes países en los períodos más largos para los cuales se dispone de información. [1]
Figura 1
El patrón es claro y sorprendente. La tendencia más fuerte, con mucho, es que la proporción de PIB dedicada a la formación de capital fijo aumenta con el tiempo. A su vez, como veremos, esta proporción creciente de inversión fija en relación con el PIB está asociada con tasas crecientes de crecimiento económico.
Si tomamos los países en orden cronológico, desde cuando apareció un nuevo pico en la proporción dedicada a la formación de capital fijo, surge el siguiente patrón.
• si regresamos al período inmediatamente anterior a la revolución industrial, la proporción de PIB dedicada a la formación de capital fijo en Inglaterra y Gales, a finales del siglo 17, se ubicó entre 5 y 7 por ciento. Hubo un ligero aumento durante el siglo 19, aunque estimaciones actuales indican que éste no fue importante, llegando a un pico de más de 10 por ciento del PIB del Reino Unido antes de la primera guerra mundial. Este nivel de inversiones bastó para arrancar la primera industrialización de país alguno, pero a una tasa de crecimiento de 2 por ciento anual que, sin bien no tenía precedentes para el momento, era extremadamente lenta en comparación con los parámetros contemporáneos. A ese ritmo se requiere 35 años para que una economía duplique su tamaño y 70 años para que la cuadriplique.
• Volviendo a la parte final del siglo 19, la proporción del PIB de Estados Unidos dedicada a la formación bruta de capital fijo nacional había aumentado hasta superar con creces al Reino Unido. En efecto, hacia las últimas décadas del siglo el aumento era de 18 a 20 por ciento del PIB. Fue a finales del siglo 19 cuando comenzó a producirse una drástica caída de la proporción de la economía estadounidense dedicada a la inversión, tendencia aún más marcada en el período entre las dos guerras mundiales asociada a la depresión de ese momento. Terminada la segunda guerra mundial, el país retomó su patrón de 18-20 por ciento del PIB dedicado a la formación bruta de capital fijo lo cual generó una tasa promedio de crecimiento de 3,5 por ciento anual. A ese ritmo, una economía duplica su tamaño cada 20 años y lo cuadruplica cada 40. Fue con este nivel de inversiones y de tasa de crecimiento que Estado Unidos superó a Gran Bretaña y se transformó en la mayor potencia económica del mundo.
• En el período de la segunda postguerra, Alemania logró un nivel de inversión fija superior al 25 por ciento del PIB, alcanzando un pico de 26,6 por ciento en 1964. Este período 1951-64 correspondió al "milagro económico" de Alemania con un crecimiento promedio de 6,8 por ciento anual. A este ritmo una economía duplica su tamaño cada 11 años y lo cuadruplica en 22.
• A comienzos de los años 1960, Japón alcanzó un nivel de inversión fija de más de 30 por ciento del PIB, llegando a comienzo de los 70 a un pico de 35 por ciento, para caer drásticamente luego. En ese período, la tasa anual de crecimiento de la economía japonesa era de 8,6 por ciento anual. A este ritmo una economía duplica su tamaño cada 8,5 años y lo cuadruplica en 17.
• A partir de los setenta, Corea del Sur alcanzó un nivel de inversión fija de 30 por ciento del PIB. En los ochenta esto superó el 35 por ciento. Las economías de los demás Tigres Asiáticos, Singapur, Hong Kong y Taiwán, tuvieron un patrón similar. La economía surcoreana confirmó la relación entre inversión fija y crecimiento económico ilustrada ya por Japón al crecer en ese período en promedio 8,3 por ciento anual. A este ritmo una economía duplica su tamaño cada 9 años y lo cuadruplica en 18. Estas tasas de crecimiento en Asia mostraron algo que resultaba sin precedentes en la historia de la humanidad: que es posible industrializar una economía y lograr un nivel de desarrollo de "primer mundo" en una sola generación.
• A partir del comienzo de los 90, ya China había alcanzado tasas sostenidas de inversión fija de 35 por ciento del PIB. A comienzos del siglo 21 China logró tasas de formación bruta de capital fijo nacional superiores al 40 por ciento del PIB: un nivel nunca visto en la historia de la humanidad. El resultado fue un promedio de crecimiento económico de 9,8 por ciento anual durante un período sostenido. A este ritmo una economía duplica su tamaño cada 7 años y lo cuadruplica en 15. El resultado de China corresponde al crecimiento económico más rápido en la historia de la humanidad.
• A fin de completar la descripción cronológica, mostramos la proporción del PIB dedicada a la inversión fija en dos países que conocen recientemente un rápido crecimiento económico: India y Vietnam. La proporción del PIB indio dedicado a la inversión fija no ha alcanzado el nivel de China pero ha sido extremadamente elevado al llegar a 34 por ciento del PIB en 2007. A este ritmo, en los últimos cinco años, India ha alcanzado una tasa promedio de crecimiento de 8,8 por ciento anual. A este ritmo su economía se duplicará en tamaño en un poco más de 8 años y se cuadruplicará en 16,5 años.
En Vietnam, la proporción del PIB dedicada a la inversión fija pasó de 13 por ciento en 1990 y 25 por ciento en 1995, a 37 por ciento en 2007. El crecimiento económico se ha acelerado rápidamente a un promedio de 7,9 por ciento anual en los cinco años antes de 2007. A este ritmo de crecimiento su economía se duplicará en un poco menos de 9 años.
Este tipo de nivel de inversión es una condición necesaria para lograr un rápido crecimiento económico: ningún país ha logrado estas altas de crecimiento sin estos altos niveles de inversión. Sin embargo, esta condición no es suficiente. El alto nivel de inversión está inextricablemente vinculado a la escala de producción, es decir al tamaño del mercado para el cual se produce.
En una economía moderna, solo una producción a gran escala puede ser eficiente en áreas decisivas de la economía, lo cual requiere una orientación hacia el mercado internacional. Ningún mercado puramente nacional, ni siquiera el de Estados Unidos o China, es lo suficientemente grande para mantener el nivel más eficiente de producción. Por ende, los altos niveles de inversión deben estar acompañados por una orientación que, desde el comienzo, apunte a las exportaciones y no puramente a la producción nacional.
Es justamente el alto nivel de inversiones acompañado por una orientación hacia las exportaciones lo que hizo posible el rápido crecimiento de Corea del Sur, China, India y Vietnam. A su vez, estas altas y rápidas tasas de crecimiento produjeron un rápido crecimiento sustentable en las condiciones de vida de la población.
Estos aspectos plantean claramente el tema de la estrategia económica de Venezuela. Las decisiones estratégicas más importantes que deben tomarse en el ámbito económico tienen que ver con los niveles de ahorro e inversión. Las potencialidades que existen en este ámbito para Venezuela serán objeto de análisis en futuras entregas de este blog.
Notas
[1] La cifra de Inglaterra para 1688 se encuentra en Angus Maddison, The World Economy, OECD Paris 2006 p395. Las cifras del Reino Unido luego de 1688 y hasta 1947 se calculan a partir de One Hundred Years of Economic Statistics, The Economist, London 1989 p74. Las cifras de 1948 se calculan según International Monetary Fund, International Financial Statistics http://www.imfstatistics.org/imf/. Se ha hecho pequeños ajustes para conectar las primeras estadísticas y ser congruentes con los datos del FMI, en ningún caso esto varía de forma significativa el patrón mostrado. Las cifras de EUA antes de 1948 se calculan a partir de One Hundred Years of Economic Statistics, The Economist, London 1989 p74. Las cifras de 1948 se calculan a partir de International Monetary Fund, International Financial Statistics http://www.imfstatistics.org/imf/. Los datos del período anterior arrojan solo la formación privada fija de capital, mientras que después de 1948 es para la formación total fija de capital, es decir, incluyendo la formación pública fija de capital. No existen estimaciones confiables de la formación pública fija de capital en el período anterior por lo que estos datos se han ajustado hacia arriba por la diferencia entre ambos en 1948, lo cual es ligeramente superior al 2 por ciento del PIB. Es resultado de la ligera revisión hacia arriba del porcentaje del PIB asignado a la inversión fija, pero la diferencia es demasiado pequeña para que afecte el patrón global.
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